
Aún en 2021 existen varones y mujeres (me incluyo) que han empezado el día con el típico «feliz día de la mujer», y un video o imagen motivacional que resalta y eleva los supuestos atributos femeninos , de la belleza, la resiliencia y la maternidad.
Pero ¿cuál es el problema de decir «feliz día», hacer un regalo o hacer un elogio a las mujeres por su rol de mujer o madre? El problema radica en que olvidamos que las mujeres no estamos festejando, el 8M comenzó con una tragedia y por ende es un día de lucha por nuestros derechos: laborales, económicos, políticos, sindicales, y de género.
La forma de invisibilizar esta lucha es romantizar los atributos y cualidades naturalizadas como femeninas y quitarles el contexto de lucha, desigualdad y dolor que vivimos las mujeres a diario.
Aunque no es con mala intención que muchos de nuestros seres queridos nos saludan, cabe preguntarse: ¿Cómo deconstruir este problema simbólico blindado con el discurso afectivo que invisibiliza nuestra lucha como colectivo?